Hablar de amor no siempre es fácil.
Para muchas mujeres, el príncipe azul llega montado en su
corcel para rescatarla de la soltería e insertarlas en el nuevo mundo de la “señora
de”.
Para otras, la
situación no es tan sencilla.
Hace un año yo era una de esas mujeres rescatadas por un príncipe,
en mí caso no era azul sino colorado.
Nos conocimos por azar o simplemente por viajar a la misma
hora y hacia el mismo lugar para cumplir nuestras tareas laborales.
El colectivo se había convertido en el punto de encuentro,
con mate de por medio y numerosas charlas de cualquier cosa, pasábamos cuarenta
minutos de nuestra vida, juntos.
Yo venía de terminar una relación de más de cinco años con mí
“sí”.
Después de atravesar mares inmensos de lágrimas, había
tomado la decisión de lavarme la cara y comenzar de nuevo.
Y así fue. Mientras
me encontraba ocupada haciendo otras cosas, la vida me sorprendió.
Ninguno de los dos estaba preparado para empezar una nueva
relación, sin embargo la idea era tentadora. El puso primera y yo el freno de
mano.
La sola idea de estar con un hombre que no era mí “sí”, me
causaba rechazo. Tal vez miedo.
La ida se transformó también en vuelta, ya no eran cuarenta minutos,
eran dos horas.
Sus manos todo el tiempo buscaban las mías, sin suerte.
Sabía que si caía en la tentación de aceptar su caricia, estaba abriendo la puerta
a un camino sin retorno.
Varias charlas y dos cafés bastaron para lograr esa confianza
“especial” que no se tiene con cualquiera.
Un día ganó el deseo de responder a sus silenciosos llamados
de conquista y cuando el posó su mano sobre la mía, no sólo que no la corrí,
sino que apreté la suya dándole paso a
una nueva historia.
"En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo".
ResponderEliminar(Paulo Coelho)
Saludos desde "Días intensos".
Gracias por dejarme esta frase. Seguiré leyendo tus preciosas historias
EliminarBesos
Veamos la continuación. En ese momento en que das un sí, muchas veces, no sabes como llegará a cambiar la vida. Las leyes del mundo son extrañas pero casi siempre cuando uno avanza con el corazón herido en el amor, no suele atraer lo que esperaba.
ResponderEliminarRebeca, lo que decís es muy cierto. Cuando uno comienza una relación y su corazón está herido, no siempre encuentra a la persona adecuada.
EliminarGracias por tu comentario
Besos
Me gustó lo de su SÍ, lo del príncipe colorado, y este estilo cosmopolitan de su nuevo espacio.
ResponderEliminarSu amiga tiene razón. Ud. ama la rutina diaria, y no sabría que hacer sin ella. Ojo, sólo bastaría con que aprenda.
Leyendote me da la sensación, de que sos buena conduciendo (lo del freno de mano, me mató!!!)
ResponderEliminarBesos
Yo más bien creo que siendo de Buenos Aires, sos una fiel espectadora del Dulce Amor... o que el mundo de veinte asientos lo abarcaba todo!
ResponderEliminarMe encantó tu blog.